A diferencia de su compañero eterno de batallas (Dani Pedrosa), Jorge Lorenzo parece no querer volver a competir nunca más en MotoGP. Pues disfruta de su vida como retirado
Ya son más de dos años los que llevamos sin ver a Jorge Lorenzo encima de una moto de MotoGP. Sin embargo, esto parece que no cambiará, ya que a pesar de tener oportunidades de volver en el pasado, éste declino todas propuestas, por lo que ahora, tendría casi imposible volver. Además, el #99 no tiene voluntad de volver a correr, aunque no se pierde ninguna carrera del mundial. Es por esto, que fue citado por el ABC para realizar una entrevista cuanto menos extensa, ya que fue preguntado sobre su vida de retirado.
Es por esto, que tras dos años de inactividad, el cinco veces campeón del mundo fue preguntado sobre que echa de menos y que no, ahora que ya no compite.
«Lo que más echo de menos son todas aquellas personas que conocía, los amigos que hice durante dieciocho años en el Mundial y sobre todo, ganar. Lo que menos, la presión a la que me veía sometido y las lesiones».
La trayectoria del #99 es intachable, pues consiguió, 5 títulos mundiales, 68 victorias, 152 podios, 68 poles, 37 vueltas rápidas en tan solo 248 carreras. Por lo que también habló sobre que fue lo más difícil para él en todo ese tiempo.
«Lo más difícil creo que es llegar: llegar a ganar una carrera y luego un campeonato. Luego se hace todo más fácil porque ya sabes que es posible conseguirlo, solo tienes que repetirlo, porque aunque tengas dudas sobre si puedes o no, piensas en que ya lo hiciste una vez y esto hace que resulte más fácil mantener la motivación, que resulta bastante complicado a veces».
Jorge ya confirmó en el pasado cuando corrió su última temporada haber sentido miedo encima de la RC213V, aunque se desconocía que hubo más ocasiones en el que pensó retirarse y disfrutar de la vida.
«Si, ha habido un par de periodos en los que me planteé dejarlo, sobre todo con lesiones importantes que te hacen plantearte si realmente vale la pena jugarte la vida para conseguir tus sueños, pero cuando pasan los días y lo pensaba en frío siempre volvía a intentarlo. La última vez que me lesioné las vértebras con 32 años, ahí ya sí que me planteé todo».
