El piloto español explicó la causa de su incidente e indicó las claves para intentar una remontada que será difícil en la carrera en Hungría
La clasificación en Hungaroring dio la espalda a la Scuderia de Maranello, que confiaba en ser el tercer mejor equipo este fin de semana y ahora está obligada a remontar en un circuito difícil de adelantar.
Gran parte de la culpa es por un trompo de Carlos Sainz en la última curva en la Q2: el coche se estrelló contra el muro y quedó muy dañado, se mostró la bandera roja y se acabó la clasificación para él.
El piloto, que resultó ileso, trató de llevar el SF21 a boxes pero le fue imposible. Tendrá que esperar a que su 15º puesto en la parrilla no se convierta en algo peor si hay que hacer cambios en su monoplaza.
El español, que no ocultó su amargura por su tercera eliminación en la Q2 en las últimas cuatro sesiones de clasificación, y explicó que el incidente fue sólo por el viento racheado en ese punto de la pista.
«Hoy las condiciones no eran fáciles, pero eran difíciles para todos, así que no quiero poner excusas. Me sorprende lo que ha pasado».
«Cuando volví a los boxes, fui inmediatamente a ver qué podía hacer de forma diferente. Pero cuando miré los datos, entré en la curva 5 km/h más despacio que en la Q1, así que no fui demasiado agresivo».
«Y aunque entré en la curva más despacio, había una ráfaga de viento de 35-40km/h, mientras que en la Q1 tenía 10. Eso quizás me hizo sobrevirar. No es una excusa, son sólo los datos».
«Tengo que aprender de esto y pedir disculpas a todo el equipo porque tenemos mucho trabajo que hacer mañana».
«¿Problemas con la caja de cambios? No lo sé, es demasiado pronto para saberlo», dijo a Sky Sport F1.
«Intenté como siempre reiniciar para ver si había alguna solución, pero al final lo mejor fue parar».
«¿Remontada en carrera? Será difícil, no es fácil adelantar aquí. La salida y la estrategia contarán mucho. Si lo hacemos bien en las dos cosas, tal vez podamos sumar algunos puntos, pero más que eso creo que será difícil de conseguir».
