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La FIA planea reducir el número de motores disponibles para los equipos del WRC a partir de 2022 para tratar de reducir los costos. Los nuevos motores híbridos tendrán que durar más kilómetros que los actuales.

También el WRC, así como muchas otras series líderes del automovilismo, se ha embarcado en una línea que, en los próximos años, permitirá a los equipos que forman parte de ella contener los costos a pesar de la introducción de un nuevo reglamento técnico a partir de 2022 que dispondrá el uso de un motor eléctrico de 100 kW que apoyará al térmico.

Precisamente el «corazón» de la combustión de los próximos 2022 coches ha sido el centro de atención en las últimas semanas. El Consejo Mundial de Automovilismo ha hecho saber que los próximos motores se derivarán directamente de los actuales – 1.6 turboalimentados – pero simplificados y con mayores restricciones para tratar de contener los costos.

Entre las medidas indicadas por el nuevo reglamento se encuentran un diseño simplificado del turbo, componentes congelados y también la prohibición de las válvulas de refrigeración del sistema anti-retorno. Pero eso no es todo. La FIA también ha pensado en reducir el número de motores que puede utilizar cada equipo individual durante toda la temporada.

Este es un punto importante, porque hasta el final de esta temporada cada equipo puede manejar 9 motores, es decir, 3 por coche si consideramos que los 3 equipos involucrados en el campeonato mundial tienen el mismo número. Pero a partir de 2022 esta solución será modificada.

La idea es precisamente reducir los costes reduciendo también el número de unidades de motores por coche, de modo que sólo 2 unidades por coche aunque un equipo deba desplegar sólo 2 coches, como hizo Citroën Racing el año pasado antes de anunciar la retirada del WRC. Esta solución debería permitir a los equipos ahorrar una cantidad considerable de dinero, si pensamos que las unidades cuestan alrededor de 150.000 euros cada una.

Si se aprueba la idea, los nuevos motores híbridos tendrán que durar más kilómetros y garantizar la misma fiabilidad que los actuales. Será esencial comprender cómo se procederá a la integración del motor eléctrico de 100 kW con los motores térmicos resultantes de los actuales, pero también será interesante comprender qué permitirá la regulación en caso de fallo mecánico del motor, es decir, si se permitirá sustituirlo por una tercera unidad de accionamiento.

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