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El equipo de Borgo Panigale confió al piloto de pruebas, Michele Pirro en Misano una Desmosedici GP20 equipada con algunas evoluciones aerodinámicas, pero en la rueda delantera la gran noticia es el nuevo sistema de frenos

Si el desarrollo de los frenos en la Fórmula 1 ha sido prácticamente congelado por las normas aprobadas por los dos últimos Consejos Mundiales de la FIA, no se puede decir lo mismo del MotoGP, donde la investigación está más presionada que nunca.

En la Desmosedici GP20 confiada al piloto de pruebas Michele Pirro, Ducati debutó en los test de Misano con una nueva pinza delantera Brembo, el nuevo sistema de frenos de última generación.

Muchos observadores quedaron impresionados por el último desarrollo aerodinámico de ‘la Rossa’, que extendió los carenados de las ruedas delanteras también a los vástagos, mostrando un perfil que cubre la horquilla en un intento de limpiar los flujos que son perturbados por la rotación de la llanta, haciendo más eficiente el aire que es transportado al sistema de enfriamiento, favoreciendo su extracción de las ranuras y permitiendo un mejor intercambio de calor.

En la parte inferior de la rueda se encuentra el otro transportador de flujo de carbono, que es sinérgico con la llamativa «cuchara» bajo el basculante y el medio grupo lenticular de la rueda trasera.

Sin embargo, el nuevo freno delantero de litio-aluminio de Brembo no puede ser pasado por alto. Se trata de una realización que se ve por primera vez en la pista y que tiene al menos tres objetivos: reducir el peso gracias a una forma que ha permitido eliminar material del diseño clásico, sin afectar a la rigidez del sistema.

Ducati freno delantero, test jerez 2019, técnica

Pero la gema viene dada por el aumento del rendimiento: el enfriamiento del calibre, de hecho, ha mejorado significativamente gracias a la adopción de «calentadores» que son esas pequeñas tablillas que sobresalen de la cara frontal.

Tienen la misma función que un radiador, ya que la superficie invertida por el flujo de refrigeración es mayor, con un aumento del rendimiento cuando el calibre está bajo tensión y una mejora en la fiabilidad del sistema.

El MotoGP, en este caso, se beneficia de la experiencia que Brembo ha adquirido en la F1, donde los radiadores ya habían encontrado su primera aplicación el año pasado, y ahora llega un interesante spin-off tecnológico que puede ser de gran beneficio para la clase reina del motociclismo.

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