El analista de Fórmula 1, Marc Priestley, ve posibles problemas si Red Bull no es capaz de controlar a sus pilotos en caso de que estén muy igualados
Sergio Pérez es el nuevo compañero de Max Verstappen en Red Bull, después de que los de Milton Keynes decidieran apostar por el piloto mexicano en detrimento de Alex Albon, cuyo rendimiento en 2020 fue pobre.
El equipo de la bebida energética se saltaba así su filosofía de apostar por las jóvenes promesas de su cantera, algo que no ocurría desde que Webber se marchó del equipo.
Pero el pobre rendimiento frente a Max Verstappen por parte de Alexander Albon y Pierre Gasly no les dejó otra alternativa que buscar a un piloto con más experiencia y Pérez, estaba disponible. Marc Priestley comentó en su vídeo de Youtube que tiene muchas ganas de que el mexicano debute en la temporada con Red Bull.
«Tengo muchas ganas de verlo. Su lenguaje corporal no desprendía tanta confianza como el de Verstappen, pero eso no es sorprendente. Habló de que necesitaba tiempo para acostumbrarse a las particularidades de este coche, pero su ventaja sobre Albon y Gasly es que tiene experiencia», comentó Marc Priestley.
Para el británico, Red Bull ha acertado al apostar por el mexicano ya que cree que será un piloto fuerte: «Creo que será muy fuerte y eso es exactamente lo que necesita Red Bull. Puede que sólo necesite algunas carreras para asentarse».
Pero esto puede desembocar en graves problemas ya que para Priestley no será tan evidente que Verstappen era el favorito del equipo mientras estaban Albon y Gasly, ya que esto será mucho más difícil con Checo, que ha luchado contra pilotos como Jenson Button y Esteban Ocon.
«Te diré una cosa: no conseguirás que Pérez diga que no correrá con Verstappen si está cerca de él. No hay ninguna posibilidad de que Pérez haya llegado a Red Bull para ser el número dos.»
«Si esos dos están realmente sentados juntos, entonces eso es un gran problema para Red Bull que tienen que empezar a gestionar. Si empiezan a meterse en el camino del otro, entonces sabes que podría terminar en lágrimas», finalizó Marc Priestley.
