El jefe de ingenieros de Red Bull ve el 2020 como una oportunidad perdida, dice que si bien Mercedes está haciendo un buen trabajo no son invencibles
2020 parecía un buen año para Red Bull, el equipo austríaco estaba en su mejor momento en la batalla por derrocar al rey Mercedes. Ya sin la amenaza de Ferrari tan cerca y con el mejor del resto lejos, el equipo de Milton Keynes se aprestaba a dar el gran salto.
El comienzo retrasado de la temporada lo ponía de arranque con dos carreras en el trazado más favorable de los últimos tiempos para el equipo, el Red Bull Ring.
Pero Red Bull se dio de frente contra la realidad, Mercedes tenía un auto dominante y las esperanzas de que Verstappen se convirtiera en campeón fueron echadas por tierra.
Siempre se dijo que la mayor carga aerodinámica que el Red Bull produce hace que no se pueda sacar todo el potencial y que genera un monoplaza inestable a la hora de conducirlo.
Max Verstappen declaró recientemente que los problemas aerodinámicos no han sido tan grandes como la mayoría de la prensa piensa, una parte trasera más sensible hizo que Max se adaptará de mejor forma al auto pero complicó de sobremanera a Albon que nunca estuvo a la par de su compañero.
Pierre Wache, ingeniero jefe de Red Bull Racing, explica que el concepto de rastrillo alto utilizado por el equipo, hace que el auto tenga una parte trasera relativamente alta en relación con la parte delantera, generando más carga aerodinámica.
En declaraciones a Motorsport Magazine, el ingeniero dice que este concepto no permitió sacar todo el potencial del monoplaza.
«Perdimos una oportunidad, porque creo que Mercedes era vencible. Si hubiéramos podido sacar tanto del auto a principios de temporada como lo estamos haciendo ahora, los habríamos vencido. Eso me enoja, y no soy el único», le dice Wache.
El ingeniero sabe que Mercedes tiene sus fallas y espera poder vencerlos: «Hicieron un buen trabajo, pero están lejos de ser perfectos. Son vencibles, incluso con esos motores».
