Hoy, Fernando Alonso ha vuelto a estropear el mundo del automovilismo con el anuncio de su regreso a la máxima categoría, de la mano de Renault. ¿Será un éxito?
Tras una larga cuarentena, la F1 ha vuelto, por fin, por todo lo alto. Carrerón el domingo pasado y notición este mismo miércoles. Esta semana, en lo que se refiere a temas carrerísticos, estamos en una montaña rusa que de momento va hacia arriba. Cyril Abiteboul, mandamás del equipo Renault, anunció el viernes que este miércoles iba a anunciar algo grande. Esto dio el pistoletazo de salida a la maquinaria de rumores habitual en F1, con especial trabajo de los típicos medios españoles que odian la F1, y el deporte en general.
Finalmente, tras mucho hype y descontrol en Twitter, por fin se hizo oficial. Primero animando al personal mediante vídeos. La verdad, nunca una hora me había pasado tan lentamente. No os voy a engañar. Mi cerebro me dice que fichar por Renault igual no es lo mejor, pero mi corazón estaba hecho un nudo. Mi irracionalidad, esta vez, me ha superado.
Los que me seguís en Twitter (lo siento por vosotros) os habréis cansado de leerme diciendo que el regreso de Alonso a la F1 no es lo mejor para el asturiano. De hecho, creía que nunca iba a volver a la F1 y menos con Renault. Él mismo, al marcharse a finales de 2018, admitía que se retiraba para volver en un equipo ganador. Ahora mismo ese equipo claramente ganador tiene un coche negro, más negro que el Renault.
También os digo, este regreso puede ser un fracaso más para el Asturiano, pero seguramente no soy el único que tiene ilusión por verlo de nuevo en la categoría reina del automovilismo. Aquí, colocaos en el sector que queráis: ilusión por verle ganar de nuevo o ilusión por verle fracasar otra vez, para vuestra satisfacción. De sobra es conocida la gente que disfruta con los fracasos ajenos, desde su sofá. Creo que no hace falta decir que los segundos son los peores seres que puede encontrarse uno en el circuito o en el sofá y que es gracias a ellos que tenemos el periodismo deportivo que tenemos.
Con esto último, me viene a la mente el final del año 2012, al anunciarse la marcha de Lewis Hamilton al equipo Mercedes, que entonces estaba en pañales y su futuro no era muy prometedor. ¿Será esta vez un acierto con Fernando Alonso? Lo sabremos en unos años, pero ahora es prácticamente imposible de predecir, a no ser que seas un periodista de cierto medio. Esos lo saben todo, solamente escuchando el sonido del motor en una grabación.
Y por fin voy a terminar. Escribiendo esto me he acordado de un hilo del youtuber Guille Alfonsín de PowerArt. En España, desgraciadamente, no nos gustan las carreras. Ni siquiera los coches. Ni siquiera el deporte. En España se nos ha “educado” para apoyar a los nuestros que ganen y cuando no lo consiguen, menospreciarlos cual perrete abandonado. No me voy a cansar de repetir que esto es culpa de los fantásticos medios de comunicación que he mencionado varias veces. Mi entorno cercano se sorprende cuando les digo que me gusta la F1, se sorprenden porque veo las carreras “pero Alonso no corre”.
Señores, a mí no me gusta Fernando Alonso. A mí me gustan las carreras y los coches.
Addendum: Como no quiero terminar enfadado este artículo. Nada más que comentar que el anuncio me ha hecho ilusión como el que más y obviamente le deseo el mejor de los éxitos al Asturiano y al equipo Renault. Seguro que estos años serán muy divertidos.
