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El comienzo de temporada de Pol Espargaró fue cuanto menos positivo, pues logró liderar 17 de las 22 vueltas del gran premio. Sin embargo, una estrategia opuesta provocó que a falta de 5 tuviera que ceder el liderato a manos de un fantástico Enea Bastianini

La carrera de MotoGP se desarrollo como todo el mundo se esperaba. Sin embargo, los protagonistas de la misma fueron algo diferentes, ya que Pol Espargaró y Brad Binder tenían ritmo, pero no el suficiente como para estar con los mejores. Y es que, estos dos fueron los que comandaron gran parte de la carrera, pues un fuerte ritmo impuesto por el español fue fragmentando las unidades del grupo, ya que a mitad de carrera el grupo era de un total de 7 pilotos.

“La carrera ha sido al revés de lo que esperábamos. La estrategia que teníamos al empezar la carrera era totalmente opuesta, de estar tranquilo, pensábamos que sería un grupo muy grande, que el ritmo sería difícil de hacer después de las carreras de Moto2 y Moto3, que el consumo de neumáticos y de combustible sería muy elevado y que tendría que estar tranquilo”.

El #44 aprovechó una buena salida para posicionarse en buenas posiciones, aunque no quiso tardar mucho en adelantar a su compañero de equipo e ir al ataque, ya que tenía más ritmo que el #93.

«He salido, me he puesto primero, he visto que adelantaba a Marc y que podía ser más rápido que él, he empezado a tirar, me he sorprendido con el ritmo, he visto que podía seguir haciéndolo mejor y que le iba sacando tiempo al de atrás, y he llegado a un momento Zen de concentración que no quería desaprovechar».

Para la desgracia de Pol, los últimos compases de la carrera se le hicieron más largos de lo esperado, ya que Enea Bastianini le apretó tanto que tuvo que ceder el liderato a manos del italiano, como a su vez, un error en la curva 1 que le relegaría al tercer lugar.

«Luego han empezado a saltar alarmas de combustible, el neumático delantero ha empezado a destruirse… justo cuando Enea me ha adelantado me ha absorbido su rebufo y no he podido parar la moto. Evidentemente quería ganar, pero el resumen de hoy era enseñar que tengo talento, que esta moto funciona y que esto es lo que podemos hacer hasta final de año».

Todo apuntaba a que su hermano, Aleix Espargaró le cogería a falta de 3 para el final, pero el menor de los Espargaró consiguió aguantar el tipo y quedarse con el podio.

«Iba muy al límite de neumáticos, sobre todo en las curvas de derechas. En las de izquierdas me mantenía bien, pero en las de derechas Brad (Binder) iba con el neumático medio delantero y paraba y giraba la moto mucho más que yo, que sufría para mantenerme encima de la moto. Al final tenía a Aleix detrás y he aguantado todo lo que he podido para aguantar el podio, que para empezar la temporada con nuestro objetivo claro es importante».

Y es que, se podría pensar que Pol estaba algo enfadado con el resultado de hoy, pero no fue así, ya que la pista de Qatar nunca fue un trazado donde la Honda o él mismo fueran bien, por lo que un resultado así es muy positivo para ellos.

«Aquí estamos nosotros, no sólo yo, la moto también. Hace mucho tiempo que Honda no tiene dos pilotos competitivos luchando por podios, eso es algo muy grande para una fábrica. El año pasado sufrí muchísimo, lo pasé muy mal, no quería ser siempre el segundo. Este año tenemos las herramientas para hacerlo. Además, es un día especial, mi hija cumple dos añitos y quería ganar la carrera para dedicársela cuando la viera en unos años. Pero un podio tampoco está mal».

Pol Espargaro, Repsol Honda Team, Grand Prix of Qatar

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