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Por segundo año consecutivo, tras una larga pausa de 36 años, volvemos al circuito de Zandvoort.

El Gran Premio de Países Bajos se corre desde 1950, aunque fue puntuable a partir de 1952. Desde entonces y hasta 1985 se corrió casi ininterrumpidamente. Su regreso había sido planeado para 2020, pero la pandemia retrasó los planes y no fue sino hasta el año pasado cuando visitamos nuevamente este hermoso país. El anfitrión ha sido siempre el mismo, el circuito de Zandvoort.

Pero, como ya pueden imaginarse, la historia suele empezar un poquito más atrás de lo que creemos. Antes de que naciera el Gran Premio de Países Bajos, tuvieron lugar tres carreras que se conocieron como El Gran Premio de Zandvoort, en 1939, 1948 y 1949.

Zandvoort es una comuna en la llamada Holanda Septentrional, frente al Mar del Norte, a tan solo unos 15 kilómetros de Ámsterdam. Allá por 1939 el balneario de Zandvoort ya organizaba carreras en un improvisado circuito urbano, fue así como nació el primer Gran Premio de Zandvoort ese mismo año. El éxito fue rotundo y el alcalde, H. van Alphen, se dio cuenta inmediatamente de lo que esto podía significar para impulsar la economía del lugar. La idea de crear un circuito permanente empezó a rondar en su cabeza. Desgraciadamente, como sabemos, estalló la Segunda Guerra Mundial y con ello los planes se vinieron abajo, al menos momentáneamente, porque el alcalde no estaba dispuesto a quitar el dedo del renglón. En plena ocupación, dijo a los alemanes que pensaba en un desfile para los ganadores de la guerra, llegado el momento, y que para esto sería bueno contar con una carretera apropiada para tal ocasión. A los alemanes les agradó la idea y, sin saberlo, construyeron lo que después sería la recta principal del circuito. Uno nunca sabe para quién trabaja.

Tras el final de la guerra, el Dutch Automobile Racing Club retomó la idea de construir un circuito y se empezó a proyectar cómo unir la “carretera del desfile” con los senderos a su alrededor. Un equipo de expertos puso manos a la obra. Se dice incluso que se aprovechó el material de los edificios aledaños destruidos durante la guerra. Aunque comúnmente se atribuye la creación del trazado al diseñador neerlandés John Hugenholtz (el mismo a quien debemos el circuito de Suzuka), otras fuentes aseguran que en realidad fue el expiloto Sammy Davis. Lo cierto es que el circuito fue oficialmente inaugurado el 7 de agosto de 1948, para recibir a bombo y platillo la segunda edición del Gran Premio de Zandvoort.

Originalmente, la longitud del circuito era un poco menor a los 4200 metros, pero sufrió muchas ligeras variaciones a lo largo de su historia. La última remodelación corrió a cargo del italiano Jarno Zaffelli. Actualmente cuenta con 4259 metros y 14 curvas.

Antes de la construcción del circuito, esta zona muy cercana a la playa era utilizada por los lugareños para sembrar diferentes frutas y verduras para su propio consumo. Cuenta la historia, al menos una de ellas, que en donde se encuentra ahora el circuito, tenía su huerto un hombre al que apodaban Tarzán, por su gran tamaño. Como se mostraba algo renuente a abandonar sus hortalizas, le prometieron construir ahí una hermosa curva que llevaría su nombre o, mejor dicho, su apodo y algo me hace pensar que aceptó. Realidad o fantasía, Tarzanbocht (literalmente, Curva de Tarzán) es ciertamente la más célebre del circuito. Y claro, no podemos olvidar los peraltes, presentes con diversos grados en muchas zonas de la pista, pero en particular en dos curvas. Una lleva el nombre de Hugenholtz, es la número 3. Cuenta con una inclinación que va de los 4.5 grados, hasta alcanzar los 19. La otra es la última, la curva 14, que lleva el nombre del piloto neerlandés dos veces ganador de las 500 millas de Indianápolis, Arie Luyendyk. Ella cuenta con un peralte de 18 grados. A todo esto, hay que agregar los desniveles, las zonas planas y la estrechez. Sin duda, un bello circuito, con sabor a la vieja escuela, en donde encontrar el equilibrio perfecto para ser el más rápido resulta todo un reto.

Diecisiete son los pilotos neerlandeses que hasta ahora han llegado a la Fórmula 1. Salvo Max Verstappen, ninguno logró destacar realmente. Únicamente dos han conseguido podios y pertenecen a la misma familia. Jos Verstappen, papá de Max, lo hizo solo en dos ocasiones, pero fue el primer piloto neerlandés en lograrlo. Lo curioso es que fue en dos carreras consecutivas y en su año debut en la Fórmula 1. Se trató de los Grandes Premios de Hungría y Bélgica en 1994, disputados el 14 y 28 de agosto respectivamente. Por cierto, él no corrió en Zandvoort, pues su periodo de actividad coincidió con la ausencia de este Gran Premio en el calendario.

El Gran Premio de Países Bajos de 1961 fue el primero en concluirse sin abandonos. Al año siguiente, Graham Hill ganó aquí su primera carrera puntuable. En 1971, y tan solo tres semanas antes de su fallecimiento, Pedro Rodríguez consiguió en Zandvoort su último podio, terminando la carrera en segundo lugar. Esta sería también la última vez que un mexicano subiera a un podio de Fórmula 1 hasta el Gran Premio de Malasia 2012, con el segundo lugar de Checo Pérez. Por cierto, Pedro Rodríguez subió dos veces al podio en este circuito, pues había conseguido un tercer lugar en 1968. En 1975, James Hunt obtuvo aquí su primera victoria. Como mencioné al inicio, 1985 fue el último año que se corrió este Gran Premio, antes de la larga pausa, y representó también el último podio y victoria de Niki Lauda en el Gran Circo. El máximo ganador de este Gran Premio es Jim Clark con cuatro victorias, seguido de cerca por Jackie Stewart y Niki Lauda con tres.

Y es así como arribamos a esta decimoquinta cita de la temporada 2022. El líder del campeonato llega a su Gran Premio de casa. Creo que cualquier resultado que no sea el triunfo será decepcionante para él. Preparémonos para la fiesta naranja que nos espera este fin de semana en la que, nuevamente, veinte protagonistas serán los encargados de hacernos emocionar, como lo han venido haciendo desde Bahréin. Zandvoort abre sus puertas una vez más.

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