Red Bull solicitó ser considerado como constructor en la última reunión de la FIA, lo que les permitiría obtener un mayor presupuesto, provocando el temor de sus rivales de la máxima categoría
La Fórmula 1 sigue preparando su futuro y su presente por lo que los equipos se reunieron el viernes para discutir con el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, asuntos actuales y futuros, como informan desde el medio italiano de La Gazetta dello Sport.
Se llegó a un acuerdo sobre varios puntos, incluyendo la nueva normativa para limitar el porpoising en 2022. Sin embargo, no fue así con la nueva normativa de motores que debería entrar en vigor en 2026.
Y es que un tema importante es la posible ventaja competitiva que tendrían los nuevos fabricantes, ya que los constructores actuales no quieren repetir lo que sucedió en el pasado con el dominio de Mercedes en 2014.
Es por ello por lo que desde Mercedes y Ferrari vigilan estrechamente a sus máximos rivales de Red Bull. El motivo es que los austriacos habrían solicitado este estatus ya que será la primera vez que fabriquen motores y su departamento acaba de comenzar a rodar.
Esto les permitiría ganar una ventaja competitiva con la que Red Bull tendría más libertad para desarrollar su unidad de potencia respecto a sus competidores, mientras esos rivales se someterían al límite de presupuesto para motores que comienza a partir de la próxima temporada.
A esto habría que sumar la preocupación tanto de Ferrari como de Mercedes por la posible llegada de Porsche, cuya asociación se produciría con Red Bull. Los equipos rivales también lo ven como una potencial ventaja competitiva ya que los austriacos contarían con doble presupuesto, uno para desarrollar su propio motor y otro con Porsche.
Por ello, solicitarían también ver una garantía de que Porsche y Audi no cooperarán para eludir el límite presupuestario. Esto debería garantizarse a través de los límites que se determinen al preparar el reglamento técnico.
