Ayer la Fórmula 1 revelaba el calendario de la próxima temporada de Fórmula 1 que contará con 23 carreras, algo que parece contentar a los aficionados pero que parece que será duro para la gente que vive dentro del paddock
Adrian Newey fue mi referente durante los años en el instituto, hasta tal punto de que marcó mi futuro ya que mi deseo era ser tan grande como él. Por eso mismo decidí estudiar ingeniería aeroespacial y seguir sus pasos, con un único objetivo: La Fórmula 1.
De eso hace más de diez años y la vida, por suerte, me llevó por ese camino en el aspecto de los estudios. En mis primeros años de la universidad seguía teniendo claro mi sueño, pero las dudas poco a poco aparecieron en el camino. Cuando uno descubre el mundo de competición desde dentro, aunque sea mínimamente, toma su decisión de si de verdad quiere continuar por esta senda que trazó cuando era un adolescente o prefiere enfocar su vida por otro camino.
Esta fue la semilla que se generó en mi hace tres años y que una conversación hace algo menos de dos años terminó de dejarme claro que no era el camino que quería seguir, al menos como ingeniero. La fortuna me permitió pertenecer al equipo de Fórmula Student de mi universidad en mis últimos años como estudiante. Esta gran experiencia me aportó muchas vivencias pero también malos momentos y aprendizajes sobre el mundo del motorsport.
Para aquellos que no lo sepan, en muchos equipos de la Fórmula 1 miran si el candidato participó en esta categoría, ya que pueden saber si está acostumbrado a la vida que implica el mundo del motorsport como ingeniero, tanto en niveles de estrés como en relaciones interpersonales con la presión que aparece en un proyecto así.
Ninguna de las dos características principales comentadas anteriormente eran para mí duras, o suponían algo que no podía manejar pero hay una tercera que normalmente no suele destacarse y es el TIEMPO. En el mundo del motorsport se trabajan muchas horas al día, supone incluso un trabajo de 7 días a la semana en diversas ocasiones, dificultando en gran medida que puedas tener una vida fuera.
Mi experiencia en la Fórmula Student es algo similar aunque fuera algo reducido comparado en carga con la Fórmula 1. Los plazos son «más largos», pero es algo que combinas con tus estudios, por lo tanto tu tiempo es reducido. Había días que podía trabajar desde que me levantaba hasta el final del día, esto puede poco a poco disminuir tu motivación aunque no sea apreciable.
Tras un año en el equipo tuve una conversación muy interesante con un exmiembro al que ya conocía, que trabaja de ingeniero en la Fórmula 1 y que por suerte había podido asistir a un evento, haciendo escala en España desde Reino Unido, y que partía unas horas después hacia su destino. Esta persona nos contó a los más aficionados a la F1 cómo llegar a la categoría pero también sus horarios.
Esto fue lo que precisamente me hizo cambiar y pensar que no debía de ser esta mi prioridad. Sus jornadas diarias podían ser perfectamente de catorce horas, a lo que había que sumar los viajes y, en caso de que esos fueran al circuito, el trabajo añadido en el lugar. Cuando oyes un testimonio así te paras a pensar en los sacrificios personales que realizan y si todo el glamour que rodea al Gran Circo, realmente es sólo en los yates y las fiestas que hay en la zona VIP del paddock.
Aquí es hacia donde quería llevar la reflexión. 23 carreras implican 46 vuelos como mínimo (sin contar posibles escalas). A esta cantidad de carreras se les suma el trabajo de no sólo ingenieros sino mecánicos, personal de marketing de los equipos, televisiones, medios deportivos, etc. Todas esas personas trabajan horas y horas con tal de proveernos de un gran espectáculo pero no vemos normalmente ese esfuerzo que hay detrás, la cantidad de tiempo.
Un argumento que se suele dar en contra de esto es «para eso les pagan». Estoy completamente seguro que dentro de sus sueldos no está incluida «la vida que no viven» por el sacrificio que supone estar lejos de sus familias enfocados en su trabajo, que en muchas ocasiones es principalmente el sueño que tuvieron desde niños, como era mi caso, y que probablemente abandonen cuando pasen algunos años.
Para los que estamos de alguna manera involucrados dentro de alguna categoría, incluso desde los medios, esto supone que nuestros fines de semana empiezan los jueves (si trabajas desde casa u oficina, días antes si viajas) y finalizan los domingos muy tarde e incluso los lunes.
Porque aunque desde fuera se vea como algo idílico, las horas de trabajo preparando contenido sumada a la soledad que conllevan los sacrificios personales por las largas jornadas en los fines de semana de GP, rara es la tarde que acabas pronto y puedes disfrutar de algún rato de ocio y relacionarte con otras personas ajenas al motorsport.
¿Cuántos de vosotros habéis visto a miembros de equipos mayores de 40 años? Mi experiencia es que pocos suelen llegar a esa edad ya que la mayoría piensan entonces en salirse de la F1, buscar un trabajo «más tranquilo» (principalmente con menos horas trabajadas) con el que poder disfrutar de su familia. La conciliación con estos calendarios es aún más difícil y sólo hay que mirar la cantidad de kilómetros que se harán en las primeras carreras: Baréin, Arabia Saudí, Australia, Imola, Miami, Barcelona.
En estas primeras seis carreras se recorren cuatro continentes, con grandes saltos a partir de Australia. A pesar de que hay una semana de descanso entre cada una de ellas al estar muy lejos, esto implica días enteros prácticamente perdidos en vuelos (algo que daría de que hablar si nos centráramos también en ‘la sostenibilidad que trata de conseguir la F1’), que suponen un cansancio extra para todos los equipos, sumado al tiempo de preparación que necesitan de las infraestructuras y el montaje de los monoplazas.
Pero no queda sólo ahí ya que hay dobletes y tripletes. Algunos como el de Baku y Canadá que no tendrán semana de descanso. ¿No sería más fácil juntar zonas geográficas en determinados meses para así hacer más fácil la vida a todo miembro dentro de la Fórmula 1? Al menos así parecía que se hacía antes cuando se agrupaban carreras que estaban más cercas unas de otras.
Y es que la sensación que me transmite cada vez más es que Liberty se está centrando en la cantidad y no en la calidad de las carreras para los aficionados, algo que creo que se ha demostrado históricamente como un error, aparte del componente económico que hay detrás de las sedes de algunos Grandes Premios.
Mi pregunta final sería qué tratan de hacer desde la dirección de Fórmula 1 cuando harían grandes cosas por la categoría porque al final, creo que esto no solo irá a perjudicar a los trabajadores, si no también a que no se valore y se aprecie lo buena que ha podido ser una carrera, al no tener apenas tiempo entre una cita y otra, además de poder plantear problemas de personal en el caso de que gran parte del mismo no esté dispuesto a mantener esta vida.
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