El asesor de Red Bull, Helmut Marko, aseguró que el ambiente en Toro Rosso cuando Carlos Sainz y Max Verstappen era tóxico, además de revelar que el piloto madrileño tenía más presión por la fama de su padre
Este año, Max Verstappen y Carlos Sainz están siendo rivales por las primeras posiciones de la parrilla con sus respectivos equipos pero en el pasado, ambos fueron compañeros en sus primeras temporadas en Toro Rosso cuando debutaron en la Fórmula 1 en 2015. Ambos compartieron garaje hasta que en 2016 el holandés fue ascendido a Red Bull.
Por su parte, el madrileño siguió en el equipo italiano hasta que en 2017, gracias al acuerdo entre McLaren, Renault, Toro Rosso y Honda, el español salió de la estructura de la academia de Red Bull para dirigirse a Renault. En 2019, se fue a McLaren para acabar finalmente en Ferrari desde 2021.
Cuando ambos fueron compañeros, la rivalidad era alta ya que sabían que debían demostrar su talento debido a que los dos tenían la presión de que sus padres habían sido pilotos, Jos Verstappen, piloto de Fórmula 1, y Carlos Sainz, dos veces campeón de mundial de rally.
Los rumores sobre la relación entre los dos sugerían que no era la mejor del mundo y en una reciente entrevista para Red Bulletin el asesor de Red Bull, Helmut Marko, confirmaba que existió un ambiente tóxico, lo que hizo que todas las tomas de decisiones fueran más difíciles.
«El ambiente entre los dos en Toro Rosso era bastante tóxico. Con la alineación que teníamos en ese momento, no vi ninguna manera de mantenerlo con nosotros. Así que se cambió a Renault, McLaren y luego a Ferrari», comentaba el austriaco, para proseguir hablando de la alta presión a la que estaba sometido.
«Ha estado durante mucho tiempo a la sombra de su padre, el bicampeón de rallies. Se le endilgó injustamente la imagen de hijo mimado de un piloto, mientras que Carlos siempre ha tenido que luchar mucho para salir adelante», concluyó Helmut Marko.
