Evans aprovechó los pinchazos en Neuville, Loeb y Ogier para ganar la segunda carrera del año y tomar el liderazgo en el Campeonato Mundial. Ogier se retiró por un fallo de motor, Tanak KO por un fallo de dirección
El Rally de Turquía, la quinta ronda del WRC 2020, ofrece las emociones que todo entusiasta esperaba experimentar. Cambios de liderazgo, pinchazos, giros y vueltas, problemas mecánicos e hidráulicos. De todo esto, salir indemne y ganador es la sorpresa de Elfyn Evans, quien además de ganar la segunda carrera de la temporada y la segunda desde que defiende los colores de Toyota, se ha convertido en el nuevo líder del Campeonato Mundial de Rallyes de 2020 cuando sólo faltan 2 carreras para el final de la temporada.
El galés tuvo la suerte de salir indemne de los pinchazos y averías que, en cambio, destruyeron varias veces las carreras de los tres pilotos que tenían el ritmo para ganar esta carrera, Thierry Neuville, Sébastien Ogier y Sébastien Loeb. Evans, de hecho, desde el primer día de la carrera no tenía tal ritmo para luchar las posiciones del podio.
La suerte, sin embargo, es a veces ciega y cruzó el camino de Elfyn, por lo que consigo manejar la presión, además Thierry Neuville estaba de regreso tras un mal rallye. Sólo el belga consiguió imponer un fuerte ritmo este fin de semana, el de Hyundai terminó la segunda etapa en la cabeza con 33″2 de ventaja respecto a Ogier y Loeb a 4 especiales del final, pero el PS9 destruyó los sueños de los 3 primeros convirtiéndolos en pesadillas, mientras que allanó los de un Evans sorprendido por una posibilidad única e inesperada.
Este fin de semana hay dos tripulaciones que se juegan el título al final de curso. El primero es el formado por Thierry Neuville y Nicolas Gilsoul. Como ya se ha dicho, parecía estar en sus manos después de 8 especiales perfectas. Sólo un pinchazo se apresuró de ellos, pero esto podría haber acabado con las esperanzas de ganar el título al faltar sólo 2 carreras al final.
La segunda tripulación que salió maltrecha del fin de semana es (¿era?) el buque insignia de Toyota. Sébastien Ogier y Julien Ingrassia han pasado por una serie de mala suerte como nunca antes en su carrera en el WRC. Los dos primeros pinchazos (uno de ellos en el PS9), un problema hidráulico y un fallo de motor que les obligó a retirarse en el penúltimo especial del evento.
De esta manera Ogier e Ingrassia perdieron el liderazgo del Campeonato Mundial, en una temporada que parecía haberlos lanzado hacia el séptimo título de su extraordinaria carrera. Sébastien Loeb merece una mención especial ya que regresó al Hyundai i20 después de una ausencia de 9 meses, trayendo a casa un podio que fue muy importante para las esperanzas de título del fabricante coreano.
Loeb se peleó con Neuville y Ogier hasta el final, ya que por un pinchazo en el PS9 le obligó a conformarse con el tercer puesto. Esto no le quita nada a la gran prueba realizada por el francés, asistido por el habitual Daniel Elena a las notas. Un fin de semana para olvidar también para Ott Tanak, que pronto terminó debido a un fallo de dirección en su i20 Coupé WRC Plus.
Al pie del podio encontramos al tercer piloto de Toyota Gazoo Racing, Kalle Rovanpera. El finlandés fue uno de los conductores afectados por un pinchazo en el ahora famoso PS9. A partir de ese momento su carrera quedó congelada, debido a la imposibilidad de recuperación de los pilotos que le precedieron. La conducción de Kalle crece constantemente, su confianza al volante de un WRC Plus aumenta y su ritmo demuestra que pronto será capaz de luchar realmente con los mejores.
Un fin de semana difícil para M-Sport. El equipo de Cockermouth llegó a Marmaris con varias novedades en el Fiesta (suspensión y transmisión), pero los pilotos lucharon y no pudieron luchar por las primeras posiciones. Al final, el mejor resultado lo obtuvo Gus Greensmith, quinto.
El joven británico aprovechó las numerosas deserciones que tenía por delante durante la carrera para conseguir el mejor resultado de su carrera desde que corre en el WRC con un WRC Plus. Esapekka Lappi terminó la carrera en sexta posición. Incluso el ex conductor de Toyota y Citroën, hay que decirlo, no se ha librado de los pinchazos que le han frenado.
En términos de rendimiento, el mejor piloto de M-Sport fue Teemu Suninen, y fue por la diferencia. Aún así, el finlandés se vio obligado a retirarse en el PS9 por haber roto la suspensión trasera izquierda de su Fiesta, justo cuando podría haber aprovechado los numerosos pinchazos sufridos por los 3 primeros en la misma especial. Una lástima.
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