Portugal regresa este año al mundial de MotoGP tras algunos años de ausencia. En esta ocasión el trazado elegido será el Autódromo Internacional do Algarve en Portimao
Tanto el piloto de Granollers como el de Coventry son caracterizados por no tener pelos en la lengua, y más cuando se trata de la seguridad dentro del circuito. Tras saber que el Autódromo Internacional do Algarve será la prueba que cierre este atípico mundial de 2020, Aleix Espargaro y Cal Crutchlow, al igual que otros pilotos han manifestado su opinión al respecto de dicho circuito. Sin embargo, el único piloto de la parrilla actual que tiene experiencia en dicho circuito es el inglés, Cal Crutchlow.
El de Coventry corrió aquí en su etapa del World SBK, pero cabe destacar que esto sucedió hace mucho tiempo, por lo que volver a Portimao sera ‘nuevo’ para él.
«Tengo experiencia en Portimao, pero eso fue hace 11 años. Para una Supersport era increíble, era la mejor pista del mundo. Pero con Superbike y con un MotoGP es una historia completamente diferente. Es una fecha que estoy esperando porque, por lo que dicen, será reconstruida y eso es fantástico».
«También es genial que Portugal y Portimao estén invirtiendo para llevar la Fórmula 1 y el MotoGP allí para resucitar la pista. De todas formas no creo que mi experiencia en esta pista marque la diferencia porque los pilotos aprenden sobre las pistas inmediatamente. Sólo que este es un camino difícil de aprender, seguramente estamos deseando ir, es un lugar agradable».
A diferencia de Cal, Aleix no tiene ninguna experiencia a nivel de competición en Portimao, por lo que al igual que sus 21 compañeros restantes se enfrentará a un fin de semana desconocido. Sin embargo, el #41 al igual que algunos otros, aprovecharon varios días libres para trasladarse a Portugal y poder rodar con motos de carretera en el circuito de Portimao.
«Conduje una Aprilia de carretera y pasé las dos primeras horas tratando de conocer la pista por completo. Nunca me ha pasado en toda mi vida. Recuerdo que cuando corrí por primera vez en Argentina, después de dos vueltas ya conocía la pista, las referencias para la frenada».
«Además, el resto de las nuevas pistas no eran difíciles de aprender, pero en Portimao era realmente complicado entender dónde acelerar, dónde frenar. ¡Y yo estaba pilotando una moto de carretera! Recuerdo que cuando llegué, Rins y Arenas ya llevaba dos días, y yo era dos segundos más lento. No fui capaz de seguirlos de ninguna manera durante el primer día. El segundo día empecé a ir más rápido. Es una pista muy divertida. No diría que es peligrosa, pero está al límite para MotoGP debido a las subidas y bajadas muy agresivas. Las instalaciones son de las mejores que he visto en mi carrera, son increíbles», zanjaba el mayor de los Espargaro.
