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La siguiente cita es nuevamente en un circuito que tenemos dos años de no visitar: Suzuka.

El Gran Premio de Japón tuvo sus inicios en los años 1960. Entre 1963 y 1975 se llevaron a cabo diez ediciones, aunque no fueron de Fórmula 1. Se trató de competencias de autos deportivos, Fórmula 2 y carreras tipo Can-Am. Los anfitriones fueron los circuitos de Suzuka y Fuji, los mismos que recibirían después a la máxima categoría.

En 1976 se corrió por primera vez un Gran Premio de Japón de Fórmula 1 y puntuable. Un año después, también formó parte del calendario. Luego estuvo ausente durante algún tiempo y no fue sino hasta 1987 cuando regresó. Desde entonces se convirtió en una cita esperada e ininterrumpida. Al menos hasta 2019, pues, al igual que el Gran Premio de Singapur, que acabamos de vivir, fue cancelado en 2020 y 2021 debido a las restricciones sanitarias por la pandemia.

Cuatro Grandes Premios dentro del calendario oficial se han realizado en el circuito de Fuji Speedway, los dos primeros, 1976 y 1977, para luego volver en 2007 y 2008. Este trazado se encuentra en la ciudad de Shizuoka y, como su nombre lo indica, al pie del hermoso monte Fuji. Originalmente contaba con 6 km de longitud, pero sufrió después algunas modificaciones a inicios de los años 1970 y ésta se redujo a alrededor de 4.5 km. En el año 2000, la empresa japonesa Toyota compró el circuito. Recordemos que entre 2002 y 2009 Panasonic Toyota Racing fue una de las escuderías presentes en la Fórmula 1. Toyota llevó a cabo remodelaciones al circuito para que fuera un trazado seguro y conforme a las normas de la máxima categoría, Hermann Tilke estuvo a cargo del proyecto. Fue así como la misma Toyota anunció, en 2006, el regreso de este circuito como anfitrión del Gran Premio de Japón para el año siguiente, aunque finalmente lo conservaron solo dos años.

Por su parte, el circuito de Suzuka se localiza en la ciudad del mismo nombre, muy cerca de la bahía de Ise. Se inauguró en 1962 y fue originalmente una pista de pruebas de la también empresa japonesa, Honda. Su diseño estuvo a cargo del neerlandés John Hugenholtz. Dicho trazado es el que más veces ha recibido a este Gran Premio desde su incorporación al calendario oficial, con 31 participaciones en total. Tiene una longitud de poco más de 5,800 metros, cuenta con 18 curvas y se corre en el sentido de las manecillas del reloj. Este trazado, sumamente rápido, presenta una particularidad: su forma de “8”. En efecto, el final de la recta que lleva a la curva 15, la famosa 130R, en donde se alcanzan velocidades de más de 300 km/h, pasa por encima de la recta que va de la curva 9 a la 10.

El Gran Premio de Japón tiene tantas anécdotas como vueltas se han corrido en sus trazados. Esta vez escogí solo una, la primera que me llega a la mente cuando pienso en el Gran Premio de Japón. Y aunque no sucedió en el circuito en donde se correrá este domingo, creo que es una buena historia para calentar motores e iniciar este viaje al hermoso País del Sol Naciente.

La edición de 1976 quedó grabada en la mente de muchos seguidores de la Fórmula 1, tanto de aquellos que la siguieron en su momento, como de quienes la hemos visto en repeticiones y hasta en películas, reviviendo una y otra vez una de las carreras más dramáticas que se han disputado, tanto por la situación en la que se corrió, como por lo que representó para decidir el campeonato de pilotos. Aquel año el Fuji Speedway recibió la última cita de las dieciséis que se incluyeron en el calendario y fue el año en el que Niki Lauda y James Hunt protagonizaron una de las mayores rivalidades que se han vivido en las pistas de la máxima categoría. Fue también el año en el que Niki Lauda estuvo a punto de perder la vida en Nürburgring. Después de un gran inicio de temporada, Niki llegó a Alemania como líder, con una ventaja de 33 puntos sobre Hunt. Como sabemos, a pesar de la gravedad del accidente, Niki solo se ausentó dos Grandes Premios: Austria y Países Bajos. En estas tres carreras, James Hunt logró recortar la ventaja a solo 14 puntos. Para Monza, cuando apenas se había cumplido poco más de un mes de su accidente, Niki regresó y consiguió terminar la carrera en el cuarto lugar, sumando tres puntos, mientras que Hunt se retiró por un accidente. A pesar de lo que pudo creerse, la pelea por el campeonato de pilotos estaba más viva que nunca. Las dos siguientes carreras, Canadá y Estados Unidos fueron ganadas por Hunt. Niki solo logró puntuar en Estados Unidos alcanzando el tercer lugar. Fue así como se llegó a la carrera que lo definiría todo, Japón. Niki, increíblemente, todavía era líder.

Antes de seguir haré un pequeño paréntesis. El sistema de puntuación que se aplicaba entonces era muy diferente al de ahora. Sumaban los primeros seis en cruzar la línea de meta y los puntos se repartían de la siguiente manera: 9, 6, 4, 3, 2 y 1 puntos, respectivamente, del primero al sexto lugar. Hunt llegó a esta cita con 65 puntos y Niki con 68, solo tres de ventaja para el austriaco. Ahora sí, continuemos.

El alcance mediático que tuvo esa temporada hizo que el primer Gran Premio de Japón fuera también el primero en transmitirse, en vivo, internacionalmente. Aquel 24 de octubre de 1976 los ojos de una buena parte del mundo estaban pendientes de lo que ocurriría al pie del majestuoso monte Fuji. Y como si del mejor guion de película se tratara, las condiciones climáticas no podían ser más adversas. Un verdadero diluvio se abatía sobre el circuito lo que llevó a todos a cuestionarse si la carrera se llevaría a cabo o no. La mayoría de los pilotos, incluido Niki Lauda, pensaban que lo mejor era no correr. Pero se trataba del Primer Gran Premio de Japón, el primero en ser transmitido globalmente, la carrera que decidiría al campeón. La presión de los organizadores y de los patrocinadores terminó por imponerse. Se tenía que correr.

La visibilidad era casi nula y el agua sobre la pista no se drenaba rápidamente. Hubo muchos retiros voluntarios en esas primeras vueltas. Pace, Fittipaldi, Perkins… todos ellos decidieron bajar de sus autos, pero hubo otro piloto que también haría lo mismo y que en esta carrera se jugaba mucho más. Apenas en la segunda vuelta, Niki Lauda decidió que era todo. Lo sucedido en Nürburgring bastaba para una temporada, para toda una vida, en realidad. Para qué arriesgarse. ¿Su ventaja de tres puntos sería suficiente?

Mientras tanto, en la pista, la carrera seguía su curso, Hunt no se retiró, intuía acaso que aquella sería la única oportunidad que tendría. Entre abandonos voluntarios, problemas de motor, de neumáticos o accidentes, catorce vehículos salieron de la competencia. Mario Andretti había conseguido la pole, seguido por Hunt. Tras una magnífica salida, Hunt se colocó primero. Setenta y tres vueltas deberían darse para concluir y James Hunt fue líder durante las primeras 61. Pero, sorprendentemente, había dejado de llover y la pista se secaba rápidamente, los neumáticos de Hunt no daban para más y fue adelantado por Depailler y por Andretti. Su situación era cada vez más desesperada y con Niki fuera de la competencia, ese tercer lugar era todo lo que necesitaba, aunque no sabía si podría seguir resistiendo con esos neumáticos. La carrera se acercaba a su fin y no recibía ninguna indicación de su equipo.

A solo cinco vueltas del final su neumático delantero derecho dijo no más y reventó. Pero la suerte, esa caprichosa aliada en la Fórmula 1, como en todo, le hizo un guiño y su pinchadura sucedió poco antes de la entrada a la calle de boxes, lo que le permitió llegar rápidamente a pits. Cambió neumáticos y regresó a la pista. Era quinto. Con la carrera por terminar y no sabiendo a ciencia cierta en qué lugar se encontraba (las comunicaciones con el equipo no eran de ninguna forma lo que son ahora), inició una desesperada persecución tratando de alcanzar y pasar a cuantos autos pudiera. Logró adelantar a Clay Regazzoni y a Alan Jones antes de que cayera la bandera a cuadros. Lo había logrado, era tercero, era campeón, pero no lo sabía. No fue sino algunos minutos después, mientras reprochaba a su director deportivo por la estrategia seguida, cuando se enteró de la noticia.

Pero hay una versión un poco diferente de lo que sucedió aquel 24 de octubre de 1976. Seguramente muchos de ustedes han oído hablar de La traición del Monte Fuji. Pues se dice que ese día Niki decidió bajarse del auto porque así lo habían pactado los pilotos. La presión para que corrieran era mucha y tenían que encontrar la forma de salir de aquella difícil situación, de aquella competencia que claramente podía terminar en tragedia. Se cuenta que Niki bajó tranquilamente de su auto, como si estuviera confiado en que los demás pilotos harían lo mismo, pero no fue así y algunos continuaron en la pista. De hecho, solo cuatro pilotos se retiraron: Niki Lauda, Emerson Fittipaldi, Carlos Pace y Larry Perkins. Ronnie Peterson ni siquiera inició por problemas eléctricos. O ese pacto nunca existió o muy pocos lo cumplieron. Niki abandonó el circuito un poco después de la vuelta 30 de carrera. Cuando llegó el final se encontraba ya en el aeropuerto, dispuesto a partir. ¿Qué ocurrió realmente tras bambalinas de aquel show mediático que fue el Primer Gran Premio de Japón? ¿Existió realmente esta traición? ¿Por qué se quedó Niki hasta casi la mitad de la carrera? Y luego, ¿por qué se fue antes de saber si sería o no campeón? Uno de los pilotos que arrojó algo de luz sobre este sombrío episodio fue Arturo Merzario. Él corrió ese día, pero no pudo terminar por problemas con su caja de velocidades. Por cierto, fue uno de los pilotos que meses antes había ayudado a Lauda a salvar su vida auxiliándolo tras su accidente en Alemania. Además, curiosamente, nunca se llevó bien con Niki. Merzario comentó sobre aquel día: “Tras el semáforo verde, hasta el más honesto de los pilotos se comportó como un bandido.” Cada uno juzgará lo que quiso decir…

Lo que yo sí puedo decirles es que aquél fue el primer y único título de James Hunt en la máxima categoría. Siguió corriendo para McLaren los dos siguientes años, terminando en quinto en 1977 y decimotercero en 1978, con tan solo ocho puntos. Ese año, durante el inicio del Gran Premio de Italia, James Hunt, con la ayuda de otros dos pilotos, Regazzoni y Depailler, ayudó a rescatar al piloto sueco Ronnie Peterson de su auto, envuelto en llamas, tras una colisión múltiple. Desgraciadamente, Ronnie falleció al día siguiente en el hospital. En 1979, James Hunt corrió para la escudería Wolf, pero no era un auto competitivo y a poco menos de la mitad de la temporada, con seis abandonos y un octavo lugar, decidió decir adiós al Gran Circo. Niki, por su parte, consiguió su segundo título en 1977 y el tercero en 1984.

El máximo ganador del Gran Premio de Japón es Michael Schumacher con seis triunfos, seguido de Lewis Hamilton con cinco. Al ser un Gran Premio que se corre tradicionalmente en la parte final de la temporada ha sido el lugar en el que muchos campeonatos se han decidido como los de Ayrton Senna en 1988, 1990 y 1991 y Alain Prost en 1989. Además, las épicas batallas que ambos libraron en el circuito de Suzuka han quedado también para la historia.

En 2011, en una excepcional temporada, Sebastian Vettel, a bordo de su Red Bull, no logró alzarse con su segundo título de pilotos en el Gran Premio de Singapur, pero sí lo consiguió en la siguiente carrera, en el Gran Premio de Japón, cuando todavía quedaban cuatro fechas por disputarse… ¿Pensaron lo mismo que yo? Pues estamos muy cerca de saber si esta serie de coincidencias continuarán y si este fin de semana tendremos a un nuevo bicampeón de la Fórmula 1. Por cierto, tras la repentina salida del calendario de este Gran Premio el año pasado, ahora, Yuki Tsunoda sí podrá tener su carrera de casa, ojalá que tenga un excelente fin de semana.

Nos vemos en Suzuka.

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