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La última cita en América y la penúltima de la temporada, llegamos a la hermosa ciudad de São Paulo.

Sin duda, Brasil es un país que ama el deporte motor, un país que trae a nuestra mente innumerables anécdotas en las pistas y muy queridos nombres. 1972 fue el primer año que Brasil recibió a la Fórmula 1, con una fecha no puntuable. Al año siguiente ya formaría parte del calendario oficial y desde entonces se ha corrido año tras año, salvo en 2020. En 2021, el Gran Premio de Brasil cambió de nombre a Gran Premio de São Paulo, por la ciudad que lo aloja.

Dos han sido las sedes de esta competencia. El ahora desaparecido Autódromo Internacional Nelson Piquet, que estaba ubicado en Jacarepaguá, un barrio de Río de Janeiro. Este circuito recibió a la Fórmula 1 en diez ocasiones, primero en 1978 y luego entre 1981 y 1989. El segundo circuito y actual sede es el Autódromo José Carlos Pace, localizado en el barrio de Interlagos, en los suburbios de São Paulo. En total, ha recibido a la Fórmula 1 en 39 ocasiones.

La urbanización del barrio de Interlagos, llamado así porque se encuentra entre dos lagos artificiales, el Guarapiranga y el Billings, empezó a planearse desde los años 1920. Pero luego, diversas cuestiones sociales, políticas y económicas, dentro y fuera del país, como la Gran Depresión de 1929, hicieron que el proyecto se pospusiera.

Los brasileños se sentían atraídos por el mundo del automovilismo y gustaban mucho de las carreras de autos. Éstas se realizaban en trazados ruteros, como era habitual en aquella época. Uno de los más conocidos fue el de Gávea, en Río de Janeiro, que con sus más de 11 kilómetros de longitud tenía de todo: subidas, bajadas, arena, asfalto, zonas muy estrechas y hasta el paso por una favela. Un verdadero desafío para los pilotos. Se inauguró en 1933 con una carrera para turismos llamada Primer Premio Ciudad de Rio de Janeiro.

Aquellos largos y peligrosos circuitos eran el pan nuestro de cada día y São Paulo no quiso quedarse atrás. En 1936 se organizó el primer Gran Premio de la ciudad de São Paulo. Para esta carrera se acondicionó un circuito en el barrio de Jardim América. La convocatoria fue todo un éxito, se dieron cita, entre otros, la Scuderia Ferrari con los Alfa Romeo de Carlo Pintacuda y Attilio Marinoni, la célebre piloto francesa Hellé Nice, conocida como “la reina de Bugatti” y el piloto local Manuel de Teffé. También fue un éxito en cuanto a público, los espectadores se aglomeraron en torno al circuito deseando ser testigos de este gran evento. La seguridad pronto fue un tema de discusión, pues solo se contaba con cuerdas y pacas de paja para contener a la multitud, que en varios puntos se encontraba literalmente a pie de pista. Aun así, la carrera inició como se tenía previsto. Pintacuda se colocó cómodamente como líder y su compañero, Marinoni iba segundo. En el tercer lugar se encontraba la francesa Hellé Nice seguida por Manuel de Teffé. A pocas vueltas del final, Nice para en boxes y retoma la carrera como cuarta. Inició entonces una gran persecución para recuperar ese tan ansiado tercer lugar y la francesa fue recortando distancia vuelta con vuelta. Pintacuda ganó fácilmente la carrera con dos vueltas de ventaja sobre su compañero. Más atrás, la lucha por el tercer lugar seguía y la tragedia estaba a punto de llegar… Nice había logrado dar alcance a Manuel de Teffé y a tan solo metros de la línea de meta, los dos autos avanzaban lado a lado. Lo que sucedió después no está del todo claro, pero varias fuentes apuntan a decir que, al parecer, un espectador movió accidentalmente una paca de paja hacia la pista, lo que tomó completamente por sorpresa a Nice que nada pudo hacer para esquivarla. Salió despedida de su auto, mismo que impactó a la multitud. Cinco muertos y decenas de heridos fue el saldo. En cuanto a Hellé, fue ingresada con serios traumatismos al hospital, de donde no saldría sino hasta semanas después. Aunque volvió a correr, lo hizo muy esporádicamente y, finalmente, abandonó por completo el automovilismo.

Este terrible accidente, entre otros percances que se habían suscitado en estos circuitos callejeros hicieron más apremiante la necesidad de contar con un autódromo permanente en donde la seguridad de los espectadores y de los participantes en la pista pudiera controlarse mejor. Fue entonces cuando los ojos se tornaron de nuevo hacia Interlagos. Un par de años después inició la construcción. Así, el autódromo, llamado Circuito de Interlagos, se inauguró el 12 de mayo de 1940 y estuvo listo para recibir la tercera edición del Gran Premio de la ciudad de São Paulo. Aquel primer trazado contaba con casi 8 kilómetros de longitud, muy lejos de los 4.3 km que mide actualmente.

Durante muchos años, Interlagos albergó carreras nacionales, pero había un gran interés por recibir eventos internacionales y ¿por qué no? de Fórmula 1. El circuito fue remodelado, mejorado y poco a poco adecuado a las normativas de la máxima categoría, hasta que, finalmente, se encontró listo para recibir al Gran Circo en 1972.

Aquel 30 de marzo de 1972 había nada menos que cuatro pilotos brasileños en la pista. José Carlos Pace, Luiz Bueno y los hermanos Wilson y Emerson Fittipaldi, quien, por cierto, consiguió aquel año su primer título de pilotos. Emerson Fittipaldi se llevó la pole y en carrera el récord por vuelta rápida, pero desgraciadamente terminó abandonando por problemas en la suspensión. José Carlos Pace también tuvo que abandonar. Luiz Bueno terminó sexto y Wilson Fittipaldi logró subir al tercer peldaño del podio, al lado de Ronnie Peterson, segundo, y de Carlos Reutemann, quien se convirtió así en el primer ganador del Gran Premio de Brasil.

En 1985 se decidió cambiar el nombre del circuito por el de Autódromo José Carlos Pace para honrar la memoria del piloto brasileño fallecido unos años antes, en 1977. Pace, a quien apodaban El callado, había sido piloto de la máxima categoría durante seis años, de 1972 a 1977. Durante su carrera se vio algo opacado por los triunfos de su compatriota Emerson Fittipaldi, aunque fue siempre un piloto de gran clase y se lo consideró uno de los más rápidos de su época, además, era muy querido por su público y sabía entusiasmarlo logrando buenos resultados con autos no tan competitivos. Durante su paso por la máxima categoría subió al podio en seis ocasiones, una de ellas para llevarse su única victoria, justamente en el Gran Premio de Brasil, de 1975. El año de 1977 iniciaba con buenas expectativas de pelear por mejores resultados ya que su Brabham parecía ser un auto veloz y confiable. Sin embargo, solo pudo participar en las tres primeras carreras de aquella temporada, consiguiendo por cierto un segundo lugar en el Gran Premio de Argentina, pues el 18 de marzo perdería la vida en un accidente de avioneta, a los 32 años. La partida del “campeón sin título” como lo llamó su amigo Bernie Ecclestone, tomó a todos por sorpresa. Curiosamente, en lo que se refiere a las pistas, para él todo inició y terminó en el mismo lugar. El primer Gran Premio que corrió en la Fórmula 1 fue el de Sudáfrica en 1972 y fue también el último, el 5 de marzo de 1977, tan solo unos días antes de su accidente. Los restos del piloto que soñaba con ser agricultor y tener una granja descansan en el cementerio de Araça, en São Paulo y no junto a los de Ayrton Senna (enterrado en Morumbi) como algunas fuentes aseguran.

Sería imposible hablar aquí de todos los pilotos brasileños que han llegado a la Fórmula 1. Desde la familia Fittipaldi: Emerson, Wilson, Christian (actualmente, Pietro y Enzo luchan por abrirse un lugar), pasando por Nelson Piquet, Felipe Massa, Rubens Barrichello entre tantos más y, por supuesto, Ayrton Senna. Todos ellos forman parte de la historia de la máxima categoría y muchos ocupan un lugar muy especial entre los recuerdos de quienes seguimos este hermoso deporte.

Y hablando de recuerdos, creo que uno de los más bellos de este Gran Premio nos remonta a 1993 e involucra justamente a Ayrton Senna, pero no sucedió en la pista… Ese año Senna ganó por segunda ocasión en casa y de cierta forma se reconciliaba con su Gran Premio, pues la mala suerte parecía perseguirlo cada vez que corría ahí. De las once veces que participó, en cinco se vio obligado a retirarse y en una ocasión fue descalificado. Aquel 28 de marzo de 1993 lo acompañaron en el podio Damon Hill y Michael Schumacher. Juan Manuel Fangio había sido invitado y fue el encargado de entregar el trofeo de constructor; Ron Dennis lo recibió para McLaren y era, además, la victoria número 100 para esta escudería. Acto seguido, Fangio se volteó para felicitar a Senna, quien, inmediatamente, bajó del podio para fundirse en un sentido abrazo con su gran amigo y dijo: «Ninguno de nosotros puede estar por encima de usted», a lo que Fangio respondió: «Vos sos el número uno». Esta segunda victoria frente a su gente debe haber sido un momento muy especial para Senna y qué mejor manera de concluirla. Al parecer, esa fue la última vez que Fangio y Senna se vieron.

Alain Prost es el mayor ganador del Gran Premio de Brasil, con seis victorias, seguido por Carlos Reutemann y Michael Schumacher con 4 cada uno. En cuanto a los pilotos locales, Ayrton Senna consiguió aquí dos victorias, al igual que Emerson Fittipaldi, Felipe Massa y Nelson Piquet. Carlos Pace logró una. Felipe Massa es el piloto que más veces ha subido al podio en su tierra, cinco en total: las dos victorias, un segundo lugar y dos terceros lugares.

Al igual que el año pasado, en Brasil se correrá la tercera y última carrera sprint de la temporada. Ojalá tengamos un divertido y emocionante fin de semana. Ahora sí, ya no hay curvas por delante, la bandera a cuadro se vislumbra a lo lejos y entramos de lleno a la recta final de la temporada. Nos vemos en São Paulo.

Nesses dez anos de Fórmula 1 minhas maiores alegrias vieram da torcida. Do Brasil. — Ayrton Senna.

[En estos diez años de Fórmula 1 mis mayores alegrías vinieron de la hinchada. De Brasil].

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