El piloto mexicano confesó que pilotar el actual monoplaza de Red Bull es una tarea difícil y que a veces está cómodo en algunos circuitos
Sergio Pérez no ha tenido el comienzo de año que deseaba en Red Bull. Tras las primeras carreras, el mexicano ha estado más lejos de lo que muchos esperaban ya que se pronosticaba que estuviera al ritmo de su compañero en las primeras carreras.
De momento en estos primeros Grandes Premios, Checo ha conseguido buenos resultados, llegando a tener un tercer puesto en Francia y una gran victoria en Azerbaiyán. Pero también ha tenido carreras muy duras donde no ha conseguido puntuar o ha estado lejos de Max, además de la mala suerte en recientes carreras como Hungría, donde abandonó.
Ahora mismo Pérez es quinto en el mundial de pilotos, a sólo nueve puntos de Lando Norris y a cuatro de Valtteri Bottas. El piloto de Red Bull está teniendo mejores resultados que sus predecesores pero coincide en la dificultad del monoplaza como comentó para Motorsport-Total.
«Difiere de un circuito a otro. En algunos circuitos tengo ciertos problemas, en otros es diferente. También en diferentes condiciones. Pero todos sabemos que no es un coche fácil de controlar«, decía el piloto mexicano.
Y es que una de las razones de que es difícil el equipo austriaco es que parece un mundo diferente completamente con lo que pilotaron antes: «Es como si hubiera cambiado de competición de carreras«.
«Es un coche muy diferente, una filosofía muy diferente con el concepto de alto rake. Así que todavía tengo mucho que aprender y descubrir en el coche. Pero con el tiempo limitado y las diferentes condiciones en cada sesión, es difícil explorar el coche.»
Pero el progreso de Checo es notable, a pesar de que parezca que tiene enormes dificultades: «Siento que estoy explorando y entendiendo el coche cada vez más.»
«Al menos ahora ya puedo mandar al equipo en ciertas direcciones cuando se trata de lo que quiero sentir durante el fin de semana. Creo que sólo mejorará con el tiempo«, concluyó Sergio Pérez.
