Hemos vivido un año tan duro y tan atípico para los amantes del automovilismo, donde una pandemia nos separó de nuestra rutina, de nuestra pasión e incluso de los que nos rodeaban.
Pero, decir gracias no sabe a poco cuando a la mitad de una cuarentena obligatoria, para muchos de nosotros «los tuercas» (término usado para referirse a los seguidores del motorsport en algunas partes del mundo) nuestro consuelo era ver algún Gran Premio pasado de Fórmula Uno; o simplemente estar pendientes de las noticias a cada momento.
Pues este 2020 ha sido un desafío para la organización de la categoría reina del motor, donde por temas de precaución se suspendieron varios grandes premios, sin embargo, en medio de la tristeza, nos dibujaba una sonrisa en el rostro para saber qué circuitos clásicos e históricos volverían para regalarnos emociones.
Gracias a la organización de la F1 por jugársela y traernos a nuestros hogares emocionantes carreras, que no las vivimos desde las gradas; pero que han convertido a nuestras casas en santuarios de equipos y pilotos.
Gracias a pilotos como Hamilton, Stroll y Pérez; que tuvieron que luchar contra el Covid- 19 alejándose de su monoplaza y guardando silencio mediático entre tanto sonido de motor.
Al final la temporada salió como la esperábamos, pues no es un dato menor que era el 70 aniversario de la F1, y en todo su esplendor nos llenó de emociones e incluso lágrimas ver a Pierre Gasly llorar en su primera victoria en el Autodromo Internazionale Di Monza. O al finalizar la temporada en Bahrein donde el mexicano Sergio «Checo» Pérez, conseguía su primera victoria después de 10 años en la categoría. Si nos preguntan, su pase a Red Bull Racing ha sido la mejor recompensa a sus lágrimas de sacrificio.
Cómo no emocionarnos al ver a Lewis Hamilton hacer las donas en Yas Marina y decirle al mundo que el nuevo monarca está más vivo que nunca. Son 7 veces que el británico ha bordado su nombre con letras de oro. Y como no felicitar a su director Wolf, que ha llevado el trabajo de Brawn a otros niveles, siendo el más rápido y eficaz de la era híbrida.
En fin, en un año tan raro, brusco e indolente; la Fórmula Uno, nos regala emociones, amigos y conexiones. Gracias al automovilismo, gracias a los que se fueron amando este deporte y gracias a los que se quedan y siempre estarán ahí.
Y como olvidarnos de agradecerles a ustedes, nuestros lectores, que siguen día a día siguen el trabajo de este editorial amante de la velocidad. Que venga el 2021, lleno de vida, salud y aceleración. Los queremos.
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