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Todo pintaba de color de rosa para el equipo Racing Point, tras lograr una pole y aguantar media carrera al frente, todo se diluyó. ¿Qué ha podido pasar?

Lance Stroll daba la sorpresa el sábado tras colocarse en la pole position, que luego fue confirmada tras una investigación por banderas amarillas. Su compañero, iba a salir tercero. El equipo con base en Silverstone estaba viviendo su mejor fin de semana, hasta que se convirtió en una pesadilla para Lance y aguantar el temporal para «Checo Pérez».

El mexicano salió airoso del embite, no así su compañero. Tras una parada para colocar nuevos neumáticos, el canadiense empezó a disolverse cual Nesquik en la leche del desayuno. Tanta disolución, que finalmente se fue a casa con 2 puntos en el casillero.  Mi pregunta es, ¿qué está pasando en Racing Point? ¿Cómo puede ser que el equipo más eficiente antes de llamarse así ahora haga aguas con una carrera muy de cara y un coche muy a la altura del top 3? Y sí, inevitablemente tengo que apuntar a personas, no sólo a pilotos.

Sobre Sergio Pérez. Empezaré con el mexicano, ya que es el que menos trabajo me va a llevar. Hoy no le ha ido excesivamente mal la carrera, ha hecho lo que mejor sabe: conservar las gomas. Tanto que se ha hecho prácticamente toda la carrera sin cambiarlas. Además, ha sabido sobreponerse a una parada lenta. El resto ha sido llevar el coche a la bandera cuadros y aguantar férreamente a Verstappen, Max venía a por todas y cometió un error de bulto que me ha recordado a 2016. Así y todo, no ha tenido el ritmo al cual nos tiene acostumbrados cuando la carrera se ha tranquilizado y ha podido rodar solo. En resumen, hoy creo que Sergio ha estado por encima de su media, pero sin ser espectacular.

Y ahora voy con su compañero. De nuevo ha fallado en el momento clave. Tras el cambio de neumáticos era el momento de imprimir ritmo pero no ha sido capaz. Además, ha cometido errores de pilotaje, como tantos otros rivales. Cuando la pista se estaba secando todo el tren se ha ido acercando y el ritmo ha desaparecido completamente. Tanto, que al final casi se queda sin puntos. Por alguna razón no ha sido capaz de hacer funcionar los neumáticos a medida que la pista se estaba secando. Hoy era el día para no cometer ningún error y estar concentrado, y aun así no ha sido capaz, pese al pedazo de coche que tiene.

Y por último me queda el equipo. El coche tiene que salir de la ecuación, porque es un pepino. Y como decía antes, el coche lo llevan los pilotos aconsejados por sus ingenieros. Me acuerdo de que en las radios que compartían Stroll y Pérez con su equipo no sabían que decisiones tomar. Algo que al final se ha hecho patente en el resultado. Para Stroll, una parada muy tarde cuando estaba sangrando muchos segundos por vuelta respecto a sus rivales. Como se dice ahora popularmente en redes sociales, a Racing Point hoy les ha faltado la «Mentalidad de Tiburón», algo que hoy sí han tenido Ferrari y McLaren. Grandes ganadores hoy en sus respectivos objetivos. 

Al final, me quedo con que hoy al equipo Racing Point se le han visto las costuras. Una vez más han dudado a la hora de tomar decisiones, decisiones que igual habrían acabado en un mejor resultado. Y tampoco me puedo olvidar de aquellos periodistas y pseudoperiodistas que con la pole de Stroll salían al paso diciendo que «El dinero no lo era todo» y que Stroll, al fin y al cabo, «no estaba haciéndolo tan mal». Ayer aplaudiendo y hoy totalmente desaparecidos, ante el choque de realidad que se han llevado. De hecho, hoy me he dado cuenta de la buena prensa que siempre ha tenido Lance, pero que ha desaparecido en los momentos que había que criticarle. No sé de qué me suena, de verdad.

Lo que le ha hecho hoy falta al equipo es talento y decisión. Y eso son cosas que el dinero no puede comprar. ¿Qué habría pasado si al volante del coche rosa estuvieran Charles Leclerc, Max Verstappen o Sebastian Vettel?

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