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Duelo de estrategias, magníficas conducciones y hasta prueba de resistencia física ante un fallido sistema de hidratación. Una buena carrera para dar la bienvenida al continente americano.

El domingo, Austin comenzaba el día con algo de lluvia y cielo nublado que finalmente se disipó y disfrutamos, para variar, de una pista completamente seca; aunque, claro, el calor y la humedad no se hicieron esperar. Un inicio de carrera bastante limpio salvo por un par de roces. Adelante, que era en dónde más temíamos que algo pudiera pasar, Hamilton logró arrebatarle el primer lugar a Verstappen y las cosas parecían reacomodarse para el campeón del mundo, pero esto apenas comenzaba. Los que nos regalaron una verdadera batalla en esos primeros metros del Gran Premio fueron los dos McLaren y los dos Ferrari, a nada del toque, todos tratando de ganar o conservar la posición, fue un verdadero deleite verlos competir así. Más adelante, el duelo Alonso/Kimi me hizo recordar algunas lejanas carreras. Desgraciadamente, fue un día terrible para Alpine, ninguno de sus autos pudo llegar al final. Tsunoda, por su parte, “salvó” el día para Alpha Tauri, por decirlo así, sumando un par de puntos para la casa, pues Gasly no pudo ir hasta el final, protagonizando otro abandono más. Para Bottas tampoco fue un gran día, consiguió remontar algunas posiciones, luego de que la penalización lo hiciera salir en noveno y terminó sexto. Aun así, me parece que tuvo un día bastante gris.

Adelante, las cosas terminaron exactamente como empezaron, los cuatro primeros lugares iniciaron y finalizaron conservando sus respectivos lugares. Diciéndolo así parece algo sencillo, obviamente no lo fue. El mismo Hamilton lo dijo durante la carrera, esto se reducirá a las últimas tres vueltas y no estaba tan errado. Max perdió la primera posición con Hamilton en la salida y en un claro juego de equipo, Checo, que momentáneamente se perfilaba para colocarse segundo, le cede el lugar a su compañero para que fuera a la caza del heptacampeón. Sin dramas, los objetivos están más que claros para todos y me parece que es de aplaudir ese saber jugar en equipo. Esta vez las estrategias fueron las que decidieron el rumbo de la carrera. Las salidas a pits de Red Bull, siempre llevando la delantera a Mercedes, resultaron fundamentales. La magnífica conducción tanto de Max, como de Hamilton, nos dejaron ver por qué este año la competencia es tan dura. Un poco más atrás, Checo no logró molestar tanto a Hamilton como seguramente era el plan, pero, haber logrado mantener esa tercera posición cuando no pudo beber en toda la carrera, es algo realmente digno de subrayarse. Su sistema de hidratación falló desde el inicio, lo cual representó una verdadera tortura física para él. Afortunadamente, Leclerc nunca se acercó lo suficiente como para presionarlo. Mantener su ritmo, rendimiento y concentración en esas condiciones no debió ser nada fácil. No me queda más que aplaudirlo. Es la primera vez que sube al podio en dos carreras consecutivas y es su cuarto podio del año, algo que tampoco había hecho antes. Ahora viene su Gran Premio de casa, ojalá que la buena racha continúe.

Regresando a los dos primeros lugares, en las últimas vueltas Hamilton logró acercarse mucho a Max y durante algunos momentos la persecución se puso al rojo vivo, sobre todo después de encontrarse con un rezagado Schumacher que frenó un poco a Max. Finalmente, Max logró escaparse y no llegó ese esperado y temido enfrentamiento, aun así, dejaron todo en la pista y no quedan dudas del magnífico nivel de ambos pilotos.

Es cierto que después de la cardíaca clasificación del sábado las expectativas estaban por todo lo alto y tal vez esperábamos una carrera un poquitín más vibrante, más intensa, pero me quedo con un buen sabor de boca. Fue una buena carrera, un día de estrategias. Red Bull, que se vio fuerte desde las libres, logró llevarse el triunfo en un circuito largamente dominado por Mercedes y no solo eso, pudo poner, nuevamente, a sus dos pilotos en el podio. No hubo grandes rebases que celebrar, ni grandes errores que lamentar, esta vez, sencillamente, los punteros corrieron de forma impecable y las decisiones de boxes movieron las piezas en favor del equipo de las bebidas energéticas. Más allá de la vistosidad que siempre es emocionante en pista, fue una carrera extremadamente complicada a nivel de estrategias y ganó aquel que supo acomodar mejor sus piezas en el tablero.

La diferencia en el campeonato de constructores se recortó de 36 a 23 puntos, con Mercedes todavía llevando la delantera sobre Red Bull y Max Verstappen pudo ampliar su ventaja sobre Hamilton pasando de 6 a 12 puntos. Dicen que las guerras no se ganan en un día y que cada batalla cuenta; esta vez Mercedes sumó 27 puntos por 40 de Red Bull. Además, Checo se vuelve a posicionar en el cuarto lugar del campeonato de pilotos. En Milton Keynes pueden estar contentos, pero no tranquilos. Nada está dicho aún.

Nos vemos en dos semanas en la segunda cita de este recorrido por América, nos vemos en el Gran Premio de la Ciudad de México en donde los recibiremos con los brazos abiertos. Ya falta muy poco para estar ahí…

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