El austriaco, que pilotó para Ferrari en el pasado, piensa que la Scudería debe de cambiar su estrategia en F1 y contratar más personal que no sea sólo italiano.
Ferrari se encuentra actualmente en horas bajas, y es que el equipo está firmando una de las temporadas más pobres en cuanto a resultados desde hace años. A cuatro carreras del final, la Scuderia se encuentra en el sexto lugar del campeonato de constructores, habiendo subido dos veces al podio de la mano de su pupilo, Charles Leclerc, en lo que va de temporada.
La estrategia de Ferrari en los últimos años ha sido la contratación de personal italiano, sacrificando quizá la atracción y contratación de genios en la materia, que carecen de dicha nacionalidad. A ello se ha referido el ex-piloto de Ferrari, el austriaco Gerhard Berger.
«Cuando piloté para ellos, sentí el patriotismo que inunda a la Scuderia, y por tanto, su gran deseo de, como equipo, actuar para ganar campeonatos bajo la bandera de Italia. Es de sobra conocido la fuerza que tiene Ferrari en Italia, y lo que representa también para la población italiana», dijo el austriaco para el podcast de Motorsport.
«A día de hoy, no creo que sea posible que lleguen a ganar un campeonato a base de una mayoría de personal italiano. La F1 es tan complicada, de tan alto nivel, necesitas a los mejores del mundo, independientemente de la procedencia de los mismos.»
«Tienes que hacer de tu equipo, un equipo atractivo para conseguir el interés de los genios, para que de alguna forma lleguen a ti. Al final de todo, el campeonato tendrá nacionalidad italiana».
El último periodo de más éxito para la Scuderia fue entre finales de los 90 y los primeros años del 2000, cuando Michael Schumacher apenas tenía rival, ganando en total 6 campeonatos consecutivos. Durante esta «era», además, el equipo estaba capitaneado por el francés, Jean Todt junto con Ross Brawn, de nacionalidad inglesa.
Berger piensa que la filosofía de una composición de personal internacional es la adecuada, ya que sirve como prueba de que también hay mano cualificada más allá de cualquier frontera.
«Durante la era de Schumacher, Ferrari estaba dirigida por personal internacional, véase Jean Todt como director de equipo, Ross Brawn como director técnico, o Rory Byrne, que era sudafricano, como jefe de diseño. Obviamente, el personal se debe en parte al piloto, que es quien le arrastra junto a su próximo equipo. Así es como funciona».
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