Reflexionemos sobre la cascada de anuncios ocurridos esta semana...
Dejemos un poco de lado la información pura y dura. Vamos a ver y digerir todo lo que ha pasado esta semana, que no es poco. Vettel se marcha de Ferrari, Carlos Sainz cubrirá al alemán y finalmente Daniel Ricciardo cubrirá el sitio del madrileño. Llegan a decirnos esto en 2019 y pedimos que les encierren. Pero sí, todo esto es una realidad.
Me acuerdo vagamente del año 2009, al anunciarse el fichaje del Asturiano por Ferrari. Toda España se veía con Fernando igualando al Káiser. La victoria en su primera carrera vestido de Rosso nos llenó de ilusión… hasta Abu Dhabi. Aquello fue una hostia terrible. 2011 lo obviamos, fue un mal año. Y llegó 2012. Para mí el mundial más emocionante que he visto, incluso ganó un Williams una carrera.
La historia fue similar cuando a finales de 2014 se anunció que Vettel iba a sustituir al Asturiano en La Rossa. También llegó una victoria en las primeras carreras de la temporada, pero que a final de año también resultó ser un espejismo. Al final, misma historia de siempre. Al cabo de 5 temporadas, ningún piloto ha sido afortunado de ganar vestido de rojo.
Si os fijáis, hoy no voy a hablar de estadísticas. Hoy no es necesario. La única estadística que vale hoy es que ningún mundial ha sido ganado entre 2008 y 2019 (y quizá 2020). Ferrari ha contado en 10 temporadas con pilotos multicampeones y multipremiados y nadie ha sido capaz de triunfar. ¿Problema de los pilotos? Pues no. Fernando ya hablaba en 2013 de que para ganar había que esforzarse, sobretodo si tenías un coche para hacer cuarto o quinto. Vettel, en el comunicado de la Scuderia cuando se anunció su marcha, admitía que se ha perdido el amor y las ganas.
Creo firmemente que Il Cavalino está buscando algo que, simplemente no existe ni va a existir. Y, en caso de encontrarlo, dudo mucho de que sea lo único necesario para volver a la senda ganadora. Creo que sabéis muy bien a qué me refiero.
Al final, uno se da cuenta de que vestir de Rojo conlleva una gran responsabilidad… y esta responsabilidad no sólo es de los pilotos y mecánicos.
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