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Kevin Benavides se convierte en historia viva del motorsport, ya que por primera vez en la historia un argentino, como a su vez sudamericano consigue conquistar el Dakar

El chico de Honda se enfrentaba en el día de hoy a la última etapa entre “Yanbu” y “Yeda”. Una especial que contaba con una duración de 202 km cronometrados. Sin embargo, aún había mucho en juego, pues los tres primeros clasificados se encontraban a tan solo 7:13 de diferencia.

«Me cuesta hablar, pero estoy muy feliz, realmente es mi sueño y ahora pude lograrlo. Hace muchos años que llevo buscándolo y pocas personas saben lo que uno tiene que entrenar, sacrificarse y dejar cosas por algo como esto, como este momento. Estoy muy, muy feliz y la alegría es tan grande que por eso lloro. Gracias a todos los que me han dado fuerzas y me han ayudado este momento», fueron las primeras palabras que el salteño pudo articular.

Benavides consiguió ser muy consistente en todo el Dakar, aunque bien es cierto que al comienzo no terminó de cuajar ya que perdió tiempo con los líderes o simplemente tuvo caídas sin consecuencias. Pero para la suerte del argentino, esté consiguió rehacerse muy bien de ese mal comienzo para terminar conquistando su primer Touareg.

«Sin lugar a dudas ha sido el Dakar más difícil en cuanto a navegación y ha sido una locura como ha cambiado todo día a día, ha sido una pelea constante. ¡Guau! Quería hacer historia y dejar mi nombre en lo más alto del Dakar, como sudamericano también es un orgullo y un honor, era mi sueño y lo he logrado ahora. Luché y batallé con todo», reconoció.

«Cada día cambió un montón, el día que perdí más de 10 minutos pensé que todo podía acabarse allí, pero nos demuestra esta carrera que la clave es estar concentrado, navegar bien y llevar un ritmo constante hasta el final».

Benavides Kevin (arg), Honda, Monster Energy Honda Team 2021, Motul, Moto, Bike, Castera David, Director of the Dakar Rally, portrait during the 12th stage of the Dakar 2021 between Yanbu and Jeddah, in Saudi Arabia on January 15, 2021 - Photo Florent Gooden / DPPI

Y es que Kevin tenía una presión añadida, pues le tocó abrir gran parte de la especial debido a que Sam Sunderland (el que era segundo en la general) se perdió aproximadamente en el comienzo de la etapa. Para la suerte del #47, consiguió no ceder mucho tiempo con su compañero de equipo Ricky Barbec.

«Son muchísimas emociones que se encuentran. Esta mañana antes de salir sentía muchos nervios y ansiedad, no sabía qué podía pasar. Ha sido una etapa realmente muy complicada, muy dura en cuanto a navegación, varios pilotos se perdieron… La etapa fue muy difícil. Me tuve que poner a abrir pista y, es más, pensaba que se podía llegar a complicar. Así que me enfoqué mucho en poder hacerlo bien y di mi 110% y no quise pensar nada hasta cruzar la meta, porque sabía que todo podía cambiar y empujé hasta el último metro», cuenta Benavides.

«En el km 14, apenas salí, hice un error en en un Way Point [punto de paso] oculto, yendo para delante y atrás y ya pensé que había perdido 1-2 minutos. Después como en el km 50, los de delante se equivocaron: en un WP engancharon un valle antes y era otro después y en ese momento fue muy complicado decidir no seguir la huella de los demás. Tiré y enganché el valle correcto y desde ahí empecé a abrir yo. Ahí dije ‘tengo que dar el 110%, porque Ricky venía desde atrás y tenía mi huella’ y apreté lo más que pude y hasta el final vine pensando que todo podía pasar».

Tampoco quiso olvidarse de mandar palabras cuanto menos cálidas a su familia y en especial a su hermano, ya que este sufrió un duro golpe en la etapa 9.

«La verdad es que mi familia es fundamental para mí y realmente hacen todo por mí. Mi hermano también es un soporte muy muy grande, no pudo terminar esta carrera, pero esto también es para él, que juntos lo hemos logrado. Todas las personas que están conmigo saben lo que hemos trabajado, luchado y lo que me sacrifiqué para esto. Increíble», concluyó. 

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