Tras la jornada de descanso del día de ayer, los pilotos de las distintas categorías se lanzaban a la séptima etapa en el día de hoy, dando comienzo así a la etapa maratón
La distancia que separaba «Ha’il» de «Sakaka» era de un total de 745 km (453 cronometrados), por lo que todo auguraba una jornada cuanto menos movida, pues la etapa maratón siempre deja sorpresas al saber que los pilotos no contarán con la asistencia mecánica de su equipo. Es por ello, que la tripulación del Mini #300 aprovechó para recortar algo de distancia en la general a Nasser Al-Attiyah.
«Hoy la especial fue bien. Tuvimos un pinchazo, nos equivocamos en un punto y tuvimos que dar la vuelta un par de veces, pero para abrir pista, no está mal», aseguró el español al llegar al vivac maratón.
«Intentaré hacer buenas etapas cada día de aquí hasta el final del rally y recuperar tiempo; apretaré, eso seguro».
La sorpresa del día la provocaría el francés, Peterhansel, ya que a falta de 40 kilómetros para el final, el chico del #302 partía un brazo de suspensión, pero para la suerte de este, tan solo cedió 48 segundos con Yazeed Al Radjhi, como a su vez consiguió endosar otros 27 segundos al español, Carlos Sainz.
Tras esto, les espera una dura tarde en el vivac a la tripulación del #302, ya que deberán de arreglar ese brazo de suspensión si mañana no quieren ceder mucho tiempo, o en el peor de los casos, abandonar.
«Hoy tuvimos un buen inicio de la especial, estábamos liderando con un buen margen [3:26 sobre Al Rajhi y 5:47 sobre Sainz en el km 358]. Pero a 40 km de meta rompimos una llanta y después la rueda se bloqueó con la pinza de freno, así que tardamos 5-6 minutos en quitarla. Pero 20 km después sentimos el coche un poco raro y terminamos muy, muy lentos. Nos dimos cuenta de que la suspensión estaba rota. Tuvimos suerte, pero aquí estamos», reconoció el 13 veces ganador del Dakar.
