El Gran Premio de Rusia nos cita por octava vez consecutiva desde su entrada en el calendario oficial de la Fórmula 1 en 2014, aunque su historia inició mucho más atrás.
Antes de la creación de un calendario oficial, este Gran Premio tuvo dos ediciones en los inicios del siglo XX, en 1913 y 1914. Ambos se llevaron a cabo en la ciudad de San Petesburgo, en aquel entonces capital del Imperio Ruso. La Primera Guerra Mundial y la guerra civil rusa, primero; la Segunda Guerra Mundial, después, pusieron un alto a las competencias. Posteriormente, con la Guerra Fría se mantuvo esta pausa.
Bernie Ecclestone fue un gran promotor de llevar al calendario de la Fórmula 1 un Gran Premio de la Unión Soviética e impulsó varios proyectos desde los años 1980. Pero no fue sino hasta 2010 cuando se confirmó que las negociaciones estaban en marcha y se empezó a hablar de Sochi, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero de 2014. Tal vez la llegada del piloto ruso Vitaly Petrov a la Fórmula 1 justamente en 2010 dio un ligero empujón al proyecto. Y así, en 2013 se confirmó que el Gran Premio de Rusia regresaría al calendario el siguiente año en un circuito que zigzaguearía entre las instalaciones del Parque Olímpico de Sochi. Hubo después algunas dudas sobre si podría materializarse o no este gran premio en 2014, pues estaba más que claro que si la finalización del circuito interfería de alguna forma con los Juegos Olímpicos, la Fórmula 1 tendría que esperar hasta 2015 para ver las luces apagarse en Sochi. Por fortuna esto no fue así y justamente a 100 años de distancia pudimos asistir a una nueva edición del Gran Premio de Rusia. Por cierto, y regresando a 1914, en aquella carrera participó una mujer, la rusa Eugenia Samsonova.
Este Gran Premio se ha disputado en el circuito de Sochi desde 2014 y seguirá siendo así hasta 2022. A partir de 2023 regresará al lugar que lo vio nacer, San Petesburgo, o al menos muy cerca, en un circuito que se localiza a unos 50 kilómetros de esta hermosa ciudad y cerca de la frontera finlandesa.
El circuito semi urbano de Sochi se encuentra en la ciudad del mismo nombre, conocida estación balnearia y turística situada al borde del Mar Negro. Fue diseñado por Hermann Tilke (creador de los circuitos de Baréin, Bakú, Shanghái, entre otros, además de haber tenido a su cargo la remodelación de muchos trazados). Mercedes ha ganado todas las carreras desde 2014 y, algo curioso, si queremos ir un poquito más lejos, Benz se llevó también el triunfo en las ediciones de 1913 y 1914. Recordemos que esta marca se fusionó en los años 1920 con Daimler transformándose en Daimler-Benz AG y sus autos se conocerían desde entonces como Mercedes-Benz. Pues sí, paradójicamente, solo autos alemanes han ganado en Rusia. Un dominio total… al menos hasta ahora.
El mayor triunfador es Hamilton con cuatro victorias, seguido por Bottas con dos. Nico Rosberg ganó aquí en 2016 consiguiendo su primer Grand Chelem (tuvo dos en su carrera, el segundo lo hizo ese mismo año, un par de meses después, en el circuito de Bakú).
Salvo en una ocasión, siempre ha corrido un piloto local. Daniil Kvyat estuvo presente en todas las ediciones (excepto en 2018) y este año Nikita Mazepin será el anfitrión. Ya veremos si correr en casa lo inspira, aunque sea un poquito.
Fernando Alonso ha tenido la oportunidad de participar cinco veces en este Gran Premio, en 2014 con Ferrari y de 2015 a 2018 con McLaren. Su arranque en la edición de 2016 es, para él, su mejor recuerdo de este circuito. Aquel día inició desde la posición 14, pero antes de llegar a la primera curva ya había rebasado tres autos. Después, entre el caos iniciado por Kvyat, que dejó varias víctimas colaterales, más otros percances, logró no solo evitar verse afectado sino ganar posiciones. Al concluir la primera vuelta se encontraba ya séptimo. Finalmente, terminó la carrera en el lugar seis con un muy buen sabor de boca.
El Gran Premio de Rusia de 2016 fue también el último de Max Verstappen en Toro Rosso, para la siguiente competencia (España) ya estaría al volante de un Red Bull y Daniil Kvyat lo sustituiría en Toro Rosso.
A Checo Pérez no le ha ido nada mal en este circuito y ha conseguido puntuar en todas las ediciones. Su mejor resultado fue el tercer lugar de 2015, un podio que compartió con Hamilton y Vettel (por cierto, este podio se repitió el año pasado en Turquía, aunque con diferente orden entre Sebastian y Sergio). En aquella carrera, después de haber salido séptimo, una buena estrategia y su impecable conservación de neumáticos lo llevó hasta la tercera posición, misma que perdió en la última vuelta con Valtteri Bottas, primero, y con Kimi Räikkönen inmediatamente después. Sin embargo, no todo estaba dicho y un poco más adelante, en un intento de sobrepase por parte de Kimi, los dos finlandeses colisionan dejando a Bottas fuera y a Kimi con el auto dañado. Checo recuperó así el tercer lugar y subió al podio, de forma más que merecida, por quinta vez en su trayectoria.
En esta ocasión, con una latente amenaza de lluvia para el fin de semana y los ánimos todavía encendidos por los sucesos del pasado Gran Premio, llegamos a Sochi con grandes expectativas, aunque, bueno, ya es bastante normal en esta temporada. ¿Desde Rusia con amor? Muy pronto lo sabremos.
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