El mexicano no ha tardado de admitir que el Red Bull es un bólido difícil de manejar, por lo que entiende por qué los pilotos predecesores han tenido problemas.
Checo Pérez debutó sobre la pista el pasado martes vestido con sus nuevos colores de Red Bull. El mexicano comenzó con el RB15 de 2019 para acto seguido pasarse al nuevo monoplaza presentado para la temporada 2021, el RB16B.
Pérez dice que le está costando acostumbrarse, después de siete años pilotando para el mismo equipo. «Es muy diferente, ya lo puedo notar», dijo Pérez a Motorsport.com. «Lo primero que sentí fue la parte delantera que es bastante fuerte. Por ejemplo, lo notas tanto en el coche como en el simulador por lo que era algo que ya me esperaba.»
«Puedo entender que no todos los pilotos terminen adaptándose a este coche. Ya lo veo con los tiempos que necesito y cómo tengo que configurar el coche para sacar esas décimas que me pueden faltar, y sé de antemano que no será fácil. De todas formas me encuentro confiado, puesto que esto se aprende conociendo al coche, y espero que ésto no me lleve mucho tiempo», concluyó el mexicano.
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